El reciente romance entre Scooter Braun y Sydney Sweeney ha vuelto a poner en el centro de atención una de las mayores polémicas del pop moderno: el enfrentamiento entre Braun y Taylor Swift. Lo que comenzó como un encuentro casual en la boda de Jeff Bezos y Lauren Sánchez se transformó rápidamente en una relación seria, pero también reavivó las críticas de los Swifties, quienes no olvidan la batalla por los derechos de los primeros álbumes de la cantante.

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El conflicto entre Taylor Swift y Scooter Braun inició en 2019, cuando la compañía de Braun, Ithaca Holdings, compró Big Machine Label Group por 300 millones de dólares, obteniendo los masters de los seis primeros discos de Swift. La artista denunció el hecho como una traición, asegurando que nunca se le dio la oportunidad de adquirir su propia música. Swift acusó públicamente a Braun de acoso manipulador, desatando una guerra mediática que dividió a la industria musical y generó un debate global sobre los derechos de los artistas.

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A partir de entonces, la intérprete de Shake It Off convirtió el conflicto en una causa personal, regrabando sus discos bajo el sello Taylor’s Version, con los que recuperó el control de su obra y superó en reproducciones a las versiones originales. En 2025, Taylor Swift compró sus masters por alrededor de 360 millones de dólares, consolidando una victoria histórica. Mientras tanto, Braun intentó limpiar su imagen y afirmó en entrevistas que su intención nunca fue perjudicarla. Sin embargo, el público sigue viendo a Swift como el símbolo del empoderamiento artístico frente a las viejas prácticas de la industria.