La investigación sobre la red criminal de Jeffrey Epstein ha dado un nuevo giro, luego de que el Congreso de Estados Unidos enviara una carta formal al ex príncipe Andrés Mountbatten Windsor, solicitando que declare bajo juramento sobre su vínculo con el financiero fallecido. El documento, respaldado por el House Oversight Committee, dominado por demócratas, apunta a que el exmiembro de la realeza británica podría tener información crucial para esclarecer los crímenes relacionados con la red de abuso y tráfico de menores.

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La misiva, firmada por el representante Robert Garcia, insta a Andrés a ofrecer una entrevista transcrita antes del 20 de noviembre debido a la “urgencia y gravedad del caso”. En ella se mencionan registros de vuelos, transacciones financieras y la relación cercana que mantuvo con Epstein desde 1999, incluso después de la condena del empresario en 2008 por delitos sexuales. Además, el comité cita las declaraciones de Virginia Giuffre, quien en su libro póstumo realizó fuertes acusaciones contra el ex príncipe.

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Aunque la solicitud no tiene carácter obligatorio —ya que el comité no puede forzar el testimonio de un ciudadano extranjero—, la petición ha causado un fuerte revuelo político y mediático. Algunos miembros republicanos la han calificado como un gesto simbólico sin peso legal. Esta nueva presión se suma a las consecuencias personales y públicas que ha enfrentado Andrés, tras ser despojado de sus títulos reales por orden del rey Carlos III, quien además le retiró el título de duque de York y lo obligó a abandonar la residencia Royal Lodge en Windsor.

Pese a la pérdida de privilegios, el ex príncipe conserva su medalla del Atlántico Sur por su participación en la Guerra de las Malvinas, aunque su reputación continúa marcada por las acusaciones y su relación con Epstein, uno de los casos más polémicos que han sacudido tanto a la monarquía británica como a la política estadounidense.