Trabajadores informales llenan el centro de Chihuahua: entre la supervivencia y la esperanza en temporada de aguinaldos
Nota y fotos por: Silver Juárez Arce
Desde las primeras horas de la mañana, las calles del centro de Chihuahua se llenan de historias de esfuerzo y resistencia. Entre ellas, la de personas en situación vulnerable, como un hombre con debilidad visual que recorre las plazas con una canasta de dulces y chucherías, buscando vender lo suficiente para comprar alimentos básicos y sobrevivir un día más. Su presencia no es excepcional: es solo una de las muchas caras del trabajo informal que, con la llegada de las fiestas decembrinas, se multiplica en la ciudad.
Con el acercarse de diciembre, el centro de la ciudad se convierte en un espacio donde vendedores ambulantes, artesanos, músicos y comerciantes informales buscan un ingreso extra para enfrentar los gastos de fin de año. Aunque algunos trabajadores ya recibieron sus aguinaldos, otros aún esperan por este beneficio, y muchos más ni siquiera tienen acceso a él. Según datos recientes, en México, alrededor del 56% de la población ocupada labora en la informalidad (INEGI, 2024), una cifra que se refleja en las calles chihuahuenses, donde la economía informal es una realidad cotidiana.
Aunque la temporada navideña suele asociarse con bonos y celebraciones, la situación económica actual no es igual para todos. Mientras algunos empleados formales ya recibieron sus aguinaldos, otros los destinaron a pagar deudas, servicios o gastos básicos, dejando poco margen para las festividades. Para quienes dependen del comercio informal, como los vendedores de dulces, artesanías o alimentos, cada venta cuenta para llegar a fin de mes.
En los últimos meses, el aumento en los precios de productos básicos —como alimentos, transporte y los aumentos en impuestos ahora llamados “accesorios” así como otros servicios— ha reducido el poder adquisitivo de las familias. Según el Banco de México, la inflación interanual en octubre de 2025 se ubicó en 4.8%, afectando especialmente a los sectores más vulnerables. Esto significa que, para muchos, el dinero alcanza menos, y el trabajo informal se convierte en una alternativa necesaria para complementar ingresos.
Mientras tanto, en las calles del centro de Chihuahua, la escena se repite: personas con canastas, carritos o mantas en el suelo, ofreciendo desde dulces hasta productos artesanales, con la esperanza de que, al menos por hoy, logren llevar algo de comida a sus hogares.

