Quentin Tarantino volvió a encender el debate al acusar a la saga de Los Juegos del Hambre de “copiar” la premisa de la película japonesa Battle Royale, un clásico de culto estrenado en el año 2000. Durante su participación en un pódcast, el director señaló que la obra de Suzanne Collins reproduce de manera evidente la historia original, criticando además a quienes consideran la trilogía literaria como algo completamente innovador.

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El cineasta, conocido por su estilo frontal, arremetió contra la crítica literaria estadounidense por ignorar la existencia de Battle Royale, al asegurar que muchos reseñistas calificaron la saga juvenil como “lo más original” que habían leído, sin contemplar las similitudes con la cinta japonesa. Tarantino incluso cuestionó por qué la autora japonesa no emprendió acciones legales, y afirmó que la adaptación hollywoodense de Los Juegos del Hambre solo suavizó la trama presentada por Kinji Fukasaku.

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Las declaraciones del director reabren el eterno debate sobre influencia, homenaje y plagio, recordando que Los Juegos del Hambre se convirtió en un fenómeno global literario y cinematográfico desde su lanzamiento en 2008. Mientras tanto, Battle Royale continúa como una pieza imprescindible del cine de culto asiático, cuya llegada tardía y distribución limitada en Estados Unidos impidieron que el público masivo la conociera antes del éxito internacional de la saga protagonizada por Jennifer Lawrence.