Los gatos sienten una profunda atracción por los lugares altos, ya sea la cima del refrigerador, un estante o un árbol para gatos. Esta conducta tiene raíces instintivas: desde su evolución, los felinos han necesitado vigilar su entorno para sobrevivir, tanto como depredadores como posibles presas. Aunque hoy vivan en hogares cómodos, ese impulso sigue activo y convierte cualquier punto elevado en su lugar favorito para observar y relajarse.

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El gusto de los gatos por las alturas también responde a varias necesidades básicas. Las zonas elevadas les brindan seguridad ante estímulos que pueden percibir como amenazas, les dan un espacio privado, les permiten mantener la paz en hogares con varios gatos y les ofrecen calor, ya que el aire caliente asciende. Además, elevándose pueden observar mejor, satisfacer su curiosidad y manejar situaciones de estrés o ansiedad, ya que desde lo alto se sienten protegidos sin aislarse completamente de lo que ocurre a su alrededor.

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Para enriquecer su entorno, aumentar su bienestar y estimular su cuerpo y mente, es recomendable ofrecerles espacio vertical en casa. Árboles para gatos, muros de escalada, perchas para ventanas, hamacas o superficies despejadas en muebles altos cumplen perfectamente con esta función. Estas opciones no solo fomentan su instinto natural de trepar, sino que también les proporcionan lugares seguros para descansar, observar y desarrollarse plenamente en un ambiente que respeta su naturaleza.