INE enredado entre sanciones y OPLES: la reforma electoral que nadie logra cuadrar
El INE sigue sin acuerdo sobre sanciones por no votar y mantiene abierto el debate sobre la permanencia de los OPLES, mientras la presidenta Guadalupe Taddei impulsa su propuesta de reforma electoral.
En una reunión privada de más de dos horas, los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) discutieron las posibles sanciones para ciudadanos y candidatos en el marco de la reforma electoral, sin alcanzar consenso. El debate se cruzó con la propuesta de la presidenta Guadalupe Taddei y con la postura de Claudia Sheinbaum, quien insiste en desaparecer los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLES) por considerarlos burocráticos
• El contexto: El encuentro se realizó este martes al mediodía, de manera virtual, y fue calificado como “preliminar” por algunos consejeros consultados. La intención es integrar propuestas que puedan presentarse ante la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral el próximo 12 de enero.
• Las discrepancias: Consejeros difieren sobre si deben existir sanciones para ciudadanos que no voten o para candidatos que incumplan reglas de campaña. Algunos advierten que penalizar la abstención podría vulnerar libertades ciudadanas
• La propuesta de Taddei: La presidenta del INE entregó un documento con sus consideraciones hacia la reforma, el cual será revisado por todos los consejeros. Además, se acordó que cada uno enviará sus propuestas a la Secretaría Ejecutiva para consolidarlas en un texto unificado
• El choque con Sheinbaum: Mientras el INE analiza mantener a los OPLES, la presidenta Claudia Sheinbaum declaró que deberían desaparecer porque duplican funciones y generan más burocracia
• Otros puntos en discusión: Se planteó incluir en la reforma conceptos como la regulación de las precampañas internas de los partidos políticos, así como la fiscalización de actores políticos y el acceso a tiempos oficiales
El INE debate si sancionar a quienes no votan… como si multar al ausente fuera la mejor manera de enamorar al ciudadano con la democracia. Mientras tanto, los OPLES sobreviven en la cuerda floja: para unos son garantes locales, para otros simples oficinas duplicadas.
En resumen, la reforma electoral parece más un ejercicio de contabilidad burocrática que de fortalecimiento democrático. Porque en México, la democracia no se mide en participación… se mide en reglamentos, comisiones y reuniones “preliminares”.
