Temblor en Oaxaca: sismo de 4.0 sacude Río Grande en víspera navideña
Río Grande, Oaxaca. La madrugada del 24 de diciembre, a las 1:55 horas, un sismo de magnitud 4.0 sorprendió a los habitantes de la costa oaxaqueña. El epicentro se localizó a 12 km al oeste de Río Grande, con una profundidad de 17.3 km, según datos preliminares del Servicio Sismológico Nacional (SSN).
Las coordenadas exactas del evento fueron 16.038° de latitud y -97.546° de longitud, en una región que forma parte del corredor sísmico más activo del país. Hasta el momento, no se han reportado daños ni víctimas, aunque Protección Civil estatal mantiene vigilancia en comunidades cercanas.
Oaxaca, tierra que tiembla
El estado de Oaxaca es uno de los más sísmicos de México. De acuerdo con el SSN, concentra cerca del 25% de los movimientos telúricos registrados en el país cada año, debido a la interacción de las placas de Cocos y Norteamérica.
En 2020, un sismo de magnitud 7.4 con epicentro en La Crucecita, Huatulco, dejó un saldo de nueve personas fallecidas y más de 2,000 viviendas afectadas. Ese evento recordó la vulnerabilidad de la región y la necesidad de reforzar protocolos de prevención.
¿Por qué un sismo de 4.0 puede sentirse?
Aunque la magnitud fue moderada, la percepción del movimiento depende de múltiples factores:
• Tipo de suelo: terrenos blandos amplifican la sacudida.
• Distancia al epicentro: mientras más cerca, mayor intensidad.
• Profundidad: sismos superficiales suelen sentirse más fuertes.
• Efecto de sitio: cada ciudad responde distinto según su geología.
El doctor Jorge Aguirre González, de la UNAM, explica que existen al menos 20 métodos distintos para calcular la magnitud de un sismo, lo que permite a los científicos afinar mediciones y diseñar mejores estrategias de protección civil.
México y su memoria sísmica
El país vive bajo la sombra de grandes terremotos:
• 1787, Oaxaca: magnitud 8.6, el más fuerte registrado en la historia nacional, que provocó un tsunami que penetró hasta 6 km tierra adentro.
• 1985, Ciudad de México: magnitud 8.2, con epicentro en Guerrero, dejó miles de muertos y marcó un antes y un después en la cultura sísmica del país.
• 2017, Puebla-Morelos: magnitud 7.1, con 369 víctimas y devastación en el centro del país.
Según el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires), la llamada Brecha de Guerrero sigue acumulando energía, lo que mantiene latente la posibilidad de un megasismo en los próximos años.
La estrategia oficial: prevención, no predicción
El SSN recuerda que los sismos no se pueden predecir. México cuenta con el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX), que puede avisar segundos antes de que llegue la onda sísmica a las ciudades, pero no anticipar cuándo ocurrirá un evento.
Por ello, las autoridades insisten en medidas básicas:
• Revisar rutas de evacuación en hogares y escuelas.
• Identificar zonas seguras dentro de cada inmueble.
• Mantener mochilas de emergencia con documentos, agua y radio portátil.
• Seguir únicamente fuentes oficiales para evitar rumores.
El temblor de Río Grande no dejó daños, pero sí recordó que en Oaxaca la tierra nunca descansa. Mientras la ciencia perfecciona sus mediciones y la política multiplica discursos de prevención, la realidad es que cada sacudida nos devuelve a la misma certeza: en México, la estabilidad siempre tiembla.
