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130 Años de Melodía: El Organillo en Chihuahua y su Origen Alemán

Nota y Fotos por: Silver Juárez Arce

En una conversación llena de historia, el señor Gabriel Rivera, un hábil organillero originario de la Ciudad de México, nos lleva de vuelta en el tiempo para conocer el fascinante legado del organillo en la Ciudad de Chihuahua.

Este instrumento musical, conocido como el organillo, es de origen alemán y llegó a la Ciudad de México a finales del siglo XIX como parte del intercambio comercial con Alemania. Desde entonces, se ha convertido en un elemento icónico de la Ciudad de México y ha dejado su huella en la identidad sonora de la ciudad.

Gabriel Rivera, quien junto con su compañero organillero, proviene de la capital mexicana y trajo consigo esta hermosa tradición musical a las calles de Chihuahua.

El amor por el organillo y la pasión por la música que emana de este instrumento son evidentes en cada nota que interpretan. Los organilleros llevan sus melodías por las calles de Chihuahua, deleitando a los transeúntes y formando parte del colorido escenario de la ciudad.

Si alguna persona desea disfrutar de esta tradición musical única y colaborar con estos apasionados organilleros, pueden encontrarlos en las calles de Chihuahua en el transcurso de la tarde, generalmente después de las 4 de la tarde. Además, realizan recorridos matutinos por el primer cuadro del centro histórico.

Siglo XIX: Introducción del Organillo A finales del siglo XIX, el organillo hizo su entrada en México. Este instrumento musical, originario de Alemania, llegó al país como parte del intercambio comercial entre México y Europa. Los organillos eran especialmente populares en Europa y se utilizaron en diversos eventos y celebraciones. Al llegar a México, se adaptaron a la cultura local y comenzaron a ser parte de la vida cotidiana de las ciudades mexicanas.

Principios del Siglo XX: Auge de los Organillos A principios del siglo XX, los organillos se habían convertido en una característica distintiva de la vida urbana en México. Eran utilizados por músicos ambulantes que recorrían las calles y plazas de las ciudades, interpretando melodías populares y tradicionales. Estos músicos eran conocidos como “organilleros” y su música se convirtió en una parte integral de la identidad sonora de las ciudades mexicanas.

Época de Oro: Organillos y Cine Mexicano Durante la Época de Oro del cine mexicano, que abarcó las décadas de 1930 a 1950, los organillos también tuvieron un papel destacado en la industria cinematográfica. Muchas películas mexicanas de la época presentaban escenas con organilleros y sus melodías. Esto contribuyó a la popularidad y la difusión de este instrumento en la cultura popular mexicana.

Declive y Revival: Conservación del Patrimonio Cultural A medida que avanzaba el siglo XX, la popularidad de los organillos comenzó a disminuir. La música grabada y la tecnología moderna reemplazaron en gran medida la necesidad de músicos ambulantes. Sin embargo, a lo largo de las décadas, ha habido esfuerzos para conservar y revitalizar esta tradición musical.

Hoy en día, los organillos y los organilleros son considerados parte del patrimonio cultural de México. Aunque su presencia en las calles puede ser menos común que en el pasado, todavía se pueden encontrar en algunas ciudades, como la Ciudad de México, Puebla y ahora en Chihuahua interpretando hermosas melodías que evocan la nostalgia y la historia de México. El organillo sigue siendo un recordatorio vivo de la riqueza y la diversidad de la música mexicana y su importancia en la cultura del país.