David Velázquez endulza las calles con algodón de azúcar desde hace 15 años
Chihuahua, 6 de septiembre de 2025 — En una esquina del centro, donde el sol comienza a secar la humedad de la mañana, el aire se llena de un aroma dulce y familiar. Una máquina gira, vibra y lanza hilos de azúcar que se transforman en nubes rosadas, azules y verdes. Sentado junto a ella, David Velázquez, originario de Nuevo Casas Grandes, da forma a un oficio que ha perfeccionado durante 15 años: el arte de hacer algodón de azúcar.
Con manos entrenadas por el tiempo y la paciencia, David prepara cada pieza como si fuera única. Su máquina, adquirida por $20,000 pesos y con mucho esfuerzo, no es solo herramienta: es compañera de ruta, de ferias, de plazas y de tardes soleadas. “Cuando hay humedad, no se puede hacer nada. Hoy salió el sol, así que ya podemos empezar”, comenta mientras el vapor se mezcla con los colores.
Ofrece algodones en dos tamaños: $30 y $50 pesos, y aunque apenas comienza la jornada, sabe que los niños serán los primeros en acercarse, atraídos por el espectáculo de azúcar flotando en el aire. “No cualquiera sabe hacerlo. Hay que aprender, batallar, y luego ya se vuelve parte de uno”, dice con una sonrisa que también parece tejida de azúcar.
David no solo vende dulces: vende recuerdos, vende infancia, vende momentos que se quedan pegados en la memoria como el algodón. Su presencia en la ciudad es un recordatorio de que detrás de cada oficio hay una historia, y detrás de cada historia, alguien que ha decidido seguir endulzando el mundo, a pesar del clima, del tiempo y de las vueltas de la vida.

