Todo comenzó en los edificios del Poder Judicial.
Un civil fue presuntamente atacado con arma blanca. El agresor, lejos de huir discretamente, inició una fuga que activó a los grupos de inteligencia.

Evade el arresto atropellando a dos policías.
La escena se vuelve caótica. Patrullas, radios, gritos. El sospechoso se lanza a toda velocidad por las calles del centro, mientras los agentes intentan contener el operativo.

Halcón 1 entra en acción.
Desde el aire, el helicóptero de vigilancia lo ubica en la intersección de Palestina y Lombardo, zona residencial donde la adrenalina se mezcla con el miedo de los vecinos.

La persecución termina en un domicilio.
El sujeto irrumpe en una propiedad privada, arranca el barandal y se atrinchera. La escena parece sacada de una serie policiaca, pero ocurre en tiempo real, en Chihuahua.

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¿Qué revela esta escena?
Una ciudad donde la violencia se mezcla con la impunidad, y donde los operativos de inteligencia parecen más reactivos que preventivos.

¿Cómo se llega a navajear a alguien frente al Poder Judicial y terminar arrancando barandales en Palestina y Lombardo sin ser detenido?