La senadora panista Lilly Téllez se autoexcluyó como candidata a presidir la Mesa Directiva del Senado, aprovechando para lanzar munición retórica contra Morena y la presidenta Claudia Sheinbaum, a quien acusa de operar políticamente en la sucesión interna.

Declaraciones emitidas este viernes, la senadora del PAN Lilly Téllez descartó buscar la presidencia de la Mesa Directiva del Senado, pero aprovechó la coyuntura para criticar duramente el proceso interno en Morena. Según Téllez, la decisión de frenar a la senadora Andrea Chávez como posible presidenta del Senado fue una “orden directa de Palacio Nacional”.

“Hubiera sido bueno tenerla ahí para exhibirla”, ironizó sobre la senadora de Chihuahua, a quien calificó como de “carácter explosivo”. Téllez también opinó que la bajaron “en muy mal plan” y sostuvo que Sheinbaum quiso bajarle “los humos” con la decisión.

La legisladora panista no se limitó a Andrea Chávez: arremetió contra otras aspirantes morenistas. Dijo que Malú Micher fue rechazada por su propia bancada y que Verónica Camino Farjat parecía “más apta para anunciar ofertas en supermercados” por su tono de voz. En contraste, concedió que Imelda Castro es “más institucional y prudente”.

La sucesión en la Mesa Directiva del Senado se ha convertido en una pieza clave para medir el margen de maniobra de Morena en la nueva legislatura. La figura presidencial se perfila como una influencia determinante en las designaciones internas del oficialismo, lo que ha encendido críticas de la oposición por presuntas imposiciones desde el Ejecutivo.

Lilly Téllez, con un perfil combativo y frecuente en la polémica, ha sabido capitalizar estos episodios para posicionarse en la narrativa mediática. Su renuncia anticipada a la contienda añade más tensión a un escenario ya enrarecido.

En un ejercicio magistral de transparencia interna, el oficialismo parece haber reemplazado el voto democrático por el “¿me das permiso, jefa?”. La carrera por la presidencia del Senado se volvió un casting de telenovela con libreto presidencial incluido, en el que los personajes entran y salen según los humores del Palacio. Mientras tanto, Lilly Téllez—en su habitual estilo de francotiradora política—renuncia a competir, no sin antes repartir ironías como si fueran boletos de avión… solo de ida y con destino a la polémica.