Los San Francisco 49ers parecen haber encontrado el respiro que necesitaban tras el esperado regreso de Brock Purdy y Ricky Pearsall, dos piezas clave que permanecieron fuera por lesión durante semanas. Con un récord de 7-4 tras dominar 41-22 a los Arizona Cardinals, el equipo volvió a ponerse en el radar de la NFC Oeste y dejó atrás la frustrante irregularidad que lo persiguió desde inicios de temporada. Para varios jugadores, este duelo representó un auténtico punto de inflexión y un recordatorio de que aún están a tiempo de corregir el rumbo.

El triunfo, considerado “imprescindible” dentro del vestidor, llegó en un momento crítico. Después de alternar derrotas y victorias desde su inicio perfecto de 3-0, los 49ers necesitaban recuperar confianza y ritmo. El impacto de Purdy fue evidente: más arriesgado, más preciso y más dispuesto a buscar jugadas explosivas, un recurso que había disminuido con Mac Jones al mando. Con Purdy, el equipo promedia 6.7 jugadas grandes por partido, un salto significativo frente a las 5.3 logradas con Jones. Además, el regreso progresivo de Pearsall —y la posible vuelta de Brandon Aiyuk— promete una ofensiva más dinámica y peligrosa.

Las proyecciones también juegan a su favor. Según el FPI, los 49ers cuentan con un 90.1% de probabilidades de llegar a playoffs, impulsados por uno de los calendarios más accesibles de la conferencia. Los próximos duelos contra Panthers, Browns y Titans podrían definir su futuro inmediato. Carolina, con marca 6-5, será una verdadera prueba: una victoria aumentaría las probabilidades de San Francisco, mientras que una derrota complicaría su ruta y los obligaría a enfrentar a Cleveland con menor margen de error.

A pesar de la ausencia de figuras defensivas como Fred Warner y Nick Bosa, el equipo confía en que su ofensiva puede cargar con el peso del cierre de temporada. Para Purdy y compañía, este es el momento de demostrar de qué están hechos. “Bajo presión descubres quién eres”, dijo el mariscal. Y para unos 49ers que han sobrevivido semanas de tensión, lesiones y altibajos, llegó la hora de demostrar que están listos para cerrar con fuerza y asegurar un lugar en la postemporada.