El piloto español Carlos Sainz enfrentó un abrupto final durante la sesión de clasificación en el Gran Premio de Singapur, al estrellar su Ferrari SF-24 contra las barreras en la última curva del circuito de Marina Bay. El incidente ocurrió mientras Sainz se preparaba para iniciar una vuelta rápida en la Q3, dejando su vehículo severamente dañado y provocando la interrupción de la sesión con una bandera roja.

Afortunadamente, Sainz salió ileso del accidente, pero al abandonar su monoplaza y cruzar la pista a pie hacia el pitlane, infringió las regulaciones de seguridad, lo que le acarreó un llamado de atención por parte de los comisarios deportivos. Como resultado, se le impuso una multa de 25.000 euros, de los cuales 12.500 euros quedan en suspenso pendientes de no cometer más infracciones de esta índole durante el resto de la temporada 2024.

El incidente no solo puso fin a las esperanzas de Sainz por un buen puesto en la parrilla de salida, sino que también remarcó la importancia de adherirse a las normativas de seguridad, incluso en situaciones de alta presión. Este evento también destacó la rápida intervención de las medidas de seguridad del circuito, que garantizaron que no hubiera consecuencias físicas para el piloto.