El mundo del fútbol despide a uno de sus estrategas más emblemáticos. Leo Beenhakker, entrenador neerlandés de reconocida trayectoria, falleció este jueves a los 82 años. Su legado atraviesa generaciones, clubes históricos y selecciones nacionales, dejando una huella profunda tanto en Europa como en América.

Metódico y visionario, Beenhakker construyó equipos memorables con su sello distintivo: orden táctico, intensidad ofensiva y manejo de grupo. Entre sus mayores logros se destacan tres títulos de liga con el Real Madrid y cuatro campeonatos en los Países Bajos con clubes como Feyenoord y Ajax. También dirigió a la selección de Países Bajos en el Mundial de Italia 1990, donde alcanzó los octavos de final, siendo eliminados por Alemania en un duelo que quedó para la historia.

En México, su paso por el fútbol dejó una estampa imborrable, especialmente al frente del Club América, donde construyó uno de los equipos más espectaculares de los años 90. A pesar de que no logró un campeonato, su estilo ofensivo y goleador se ganó el respeto de la afición azulcrema. Su breve pero intenso ciclo terminó abruptamente antes de la Liguilla, pero su legado futbolístico permanece intacto.

También tuvo un paso por Chivas, su otro reto en el balompié mexicano, sin títulos pero con el mismo compromiso competitivo. En el plano internacional, llevó a Polonia a su primera Eurocopa en 2008, otro hito en su destacada carrera.

Leo Beenhakker fue más que un entrenador: fue un maestro del fútbol. Su partida deja un vacío, pero su influencia seguirá viva en cada equipo que busque jugar con elegancia, ambición y respeto por el balón.