Águilas vs. LAFC: Un duelo con boleto mundialista en juego
El enfrentamiento entre el Club América y Los Angeles Football Club (LAFC) trasciende la cancha: se trata del último boleto disponible para el esperado Mundial de Clubes 2025. Este choque de poder entre el máximo referente del fútbol mexicano y un pujante conjunto estadounidense definirá quién ocupará el lugar dejado vacante por León, tras ser excluido por la FIFA y el TAS.
Pese a su reciente fundación, el LAFC se ha consolidado como un club de élite en la MLS. Fundado en 2014 y debutando oficialmente en 2018, el equipo californiano captó atención global al incorporar como primer jugador designado al mexicano Carlos Vela. Desde entonces, ha logrado destacar con títulos como la Supporters’ Shield (2019, 2022), la MLS Cup (2022) y la US Open Cup (2024), además de haber disputado dos finales de la Liga de Campeones de la Concacaf, ambas perdidas frente a clubes mexicanos: Tigres y León.
Su proyecto deportivo, respaldado por inversionistas de renombre como Magic Johnson y Nomar Garciaparra, se ha consolidado gracias a una política de fichajes ambiciosa. Actualmente, su plantilla presume figuras de talla internacional como Hugo Lloris, arquero campeón del mundo con Francia; Olivier Giroud, delantero letal pese a sus 38 años; y Denis Bouanga, referente ofensivo desde su llegada del Saint-Étienne. A ellos se suma Frankie Amaya, proveniente del Toluca, quien ya comienza a destacar por su desequilibrio en el medio campo.
El estratega Steve Cherundolo ha sido clave en este crecimiento. Bajo su liderazgo desde 2022, el LAFC consiguió el histórico doblete y se mantuvo competitivo, aunque no ha logrado repetir el título en la Conferencia Oeste.
La FIFA eligió al LAFC como rival del América por haber sido subcampeón de la Concacaf Champions Cup 2023, mientras que las Águilas accedieron por ser el mejor clasificado en el ranking confederativo tras la edición 2024. El ganador integrará el Grupo D del Mundial de Clubes junto a Chelsea, Flamengo y Espérance de Túnez.
Este partido no es solo un pase a un torneo global: es el símbolo del crecimiento del fútbol en Norteamérica y una prueba para el América, que carga con la responsabilidad de representar a la región ante potencias mundiales. La presión está en el aire, y el boleto, en disputa.