Alerta en Los Ángeles Lakers
La crisis se profundiza en la Ciudad de las Estrellas. Los Lakers de Los Ángeles atraviesan uno de los baches más preocupantes de la temporada, sumando su tercera derrota consecutiva, esta vez a manos del Orlando Magic con marcador de 118-106. Lo más alarmante: los colapsos constantes en el tercer cuarto, una tendencia que ya comienza a convertirse en patrón destructivo para un equipo con aspiraciones de campeonato.
El regreso de LeBron James a la alineación no ha sido suficiente para revertir el mal momento de la quinteta dirigida por JJ Redick, que ha mostrado señales de desorganización, poca intensidad defensiva y desconexión colectiva en los momentos más críticos del juego. Ni siquiera la presencia de Luka Doncic —adquirido con gran expectativa como figura salvadora— ha logrado cambiar el rostro de unos Lakers irreconocibles.
Las cifras son elocuentes. En los últimos tres partidos, Los Ángeles ha sido superado por un total de 72 puntos. Contra Milwaukee cayeron 118-89, ante Chicago 146-115 y en este último juego, Orlando —el peor ataque de la liga— les propinó un nuevo golpe, dominando el tercer cuarto 34-18 y dejando en evidencia las carencias tácticas del conjunto angelino en las segundas mitades.
El diferencial acumulado de -130 puntos en los terceros cuartos coloca a los Lakers como el quinto peor equipo de toda la NBA en ese tramo del juego, solo por encima de franquicias como Washington Wizards, New Orleans Pelicans, Brooklyn Nets y Utah Jazz. En contraste, son el cuarto mejor equipo en los primeros cuartos, con un diferencial de +205. Esto ha generado serios cuestionamientos sobre la capacidad del equipo para mantener la concentración y el enfoque a lo largo de los 48 minutos.
¿Qué está fallando?
Los analistas apuntan a varios factores:
- Falta de ajustes en el vestidor: Redick, aún novato como entrenador, podría estar teniendo dificultades para leer el juego y plantear soluciones en el entretiempo.
- Dependencia excesiva de veteranos: Con LeBron superando los 40 años, el desgaste físico y la necesidad de apoyo joven se hacen evidentes.
- Problemas de cohesión táctica: La integración de Doncic aún no ha rendido frutos plenos. La química de equipo parece rota.
La afición, acostumbrada a los estándares históricos del equipo más laureado del oeste, comienza a impacientarse. Las redes sociales han encendido las alarmas y los medios deportivos de todo el país ya califican la situación como una “alerta roja” en uno de los mercados más exigentes de la NBA.
La buena noticia para los Lakers es que aún restan juegos en la temporada regular para corregir el rumbo, pero si no resuelven el problema estructural en las segundas mitades, especialmente en los terceros cuartos, la postemporada podría terminar tan pronto como comience.
Los próximos encuentros serán vitales para medir la capacidad de respuesta del equipo y para que JJ Redick demuestre si puede llevar a esta plantilla —llena de talento, pero plagada de dudas— al nivel de contender legítimo.
Próximo partido:
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