Los Celtics de Boston recuperaron su mejor versión desde el perímetro y vencieron con autoridad 115-93 a los Knicks de Nueva York en el tercer juego de las semifinales de la Conferencia Este, disputado este sábado 10 de mayo en el Madison Square Garden. Con este triunfo, Boston pone la serie 2-1 aún a favor de los neoyorquinos, pero lanza un mensaje claro: están vivos y con hambre de revancha.

Jayson Tatum lideró la reacción celta con una actuación completa: 22 puntos, nueve rebotes y siete asistencias, además de cinco triples. El alero, que había tenido una serie irregular en los dos partidos anteriores, mostró mayor agresividad y puntería, marcando el ritmo ofensivo desde el primer cuarto.

El gran revulsivo fue Payton Pritchard, galardonado recientemente como Sexto Hombre del Año, quien salió encendido desde la banca con 23 puntos, incluidos cinco triples. Boston acertó 20 de sus 40 intentos desde larga distancia, una notable mejoría tras haber encestado apenas 25 de 100 en los dos juegos iniciales disputados en el TD Garden.

Los Celtics dominaron de principio a fin, con una ventaja que llegó hasta los 31 puntos y sin permitir a los Knicks ningún intento serio de remontada. A diferencia de los primeros encuentros donde dejaron escapar ventajas de 20 unidades, esta vez el conjunto dirigido por Joe Mazzulla no cedió terreno.

Nueva York tuvo una noche errática desde el perímetro y no logró encontrar soluciones ofensivas ante la defensa intensa de Boston. Julius Randle y Jalen Brunson se vieron contenidos y el apoyo desde el banquillo fue insuficiente para sostener el ritmo de los visitantes.

Con este resultado, los Celtics recuperan impulso y buscarán igualar la serie en el cuarto partido, también en Nueva York. La serie sigue abierta, y como recordó Jaylen Brown tras el encuentro, “esto no se trata de ganar uno o dos, hay que ganar cuatro”. Queda mucho baloncesto por jugar.