Brock Purdy: del “Sr. Irrelevante” al millonario líder de los 49ers
Brock Purdy, quarterback de los San Francisco 49ers, pasó en pocos meses de ser considerado la mejor ganga de la NFL a convertirse en uno de los jugadores mejor pagados de la liga. En mayo firmó un contrato de cinco años y 265 millones de dólares, con 181 millones garantizados y una cláusula de no traspaso, lo que representa el mayor aumento salarial en la historia de la liga. La noticia consolidó al pasador como el rostro de la franquicia y lo colocó bajo una presión mayor: liderar a su equipo de regreso a la cima tras un duro 6-11 en la temporada pasada.
El entrenador Kyle Shanahan jugó un papel clave en el proceso. Aunque suele mantenerse al margen de temas contractuales, llamó personalmente a Purdy durante las negociaciones para recordarle su importancia en el equipo y asegurarle que el proceso no alteraría su rol como líder. Esa conversación reforzó la confianza del mariscal, quien aprovechó el verano para mejorar su movilidad, trabajar en su velocidad de lanzamiento y afianzar su presencia como referente en el vestuario. Además, su vida personal dio un giro con el nacimiento de su hija, Millie Joleen, un momento que marcó el inicio de una nueva etapa fuera y dentro del campo.
Ahora, Purdy enfrenta su mayor reto: demostrar que puede sostener el peso de un contrato que lo convierte en el séptimo jugador mejor pagado de la NFL, con ingresos de casi 3 millones de dólares por semana, más que el total de lo que había ganado en sus primeras tres temporadas. Su liderazgo vocal en los entrenamientos y la exigencia hacia sus receptores muestran a un jugador más maduro, decidido a elevar su nivel para cubrir las bajas que sufrió el plantel en la pretemporada. Con la afición y la directiva expectantes, el quarterback que alguna vez fue elegido en la última posición del draft debe probar que puede transformar su historia de Cenicienta en una era de éxitos para los 49ers.
