El calor sofocante de Nueva Jersey se ha convertido en un factor determinante en el tramo final del Mundial de Clubes 2025. Con temperaturas que superan los 33 grados centígrados durante las horas de los partidos, los equipos semifinalistas deberán enfrentar no solo a sus rivales en la cancha, sino también a las condiciones climáticas que podrían alterar el desarrollo y resultado de los encuentros.

Las semifinales y la final se jugarán por la tarde, justo cuando el calor alcanza su punto máximo en el estadio MetLife, ubicado en una zona abierta, sin sombra, y rodeada de cemento. Esto no solo incrementa la sensación térmica, sino que limita la capacidad de recuperación de los jugadores, quienes ya arrastran el desgaste físico de una temporada exigente y de partidos cada cuatro días.

La FIFPro ha recomendado pausas de hidratación cada media hora, aunque los protagonistas coinciden en que estas no son suficientes para contrarrestar los efectos del clima. Futbolistas como Jude Bellingham han calificado el calor como “insano”, y entrenadores como Renato Portaluppi y Luis Enrique ajustarán su estrategia priorizando la posesión de balón y la administración del esfuerzo. La clave estará en ser efectivos y conservar energías, pues el equipo que logre mantener la lucidez bajo estas condiciones tendrá mayores posibilidades de conquistar la gloria este 13 de julio.