Terence Crawford hizo historia al imponerse a Canelo Álvarez por decisión unánime, arrebatándole los cuatro cinturones mundiales de las 168 libras en una noche inolvidable en Las Vegas. El estadounidense, ahora invicto con marca de 42-0 y 31 nocauts, se convirtió en campeón indiscutido en tres divisiones, un logro que lo coloca entre las leyendas del boxeo. Las tarjetas de los jueces marcaron 116-112, 115-113 y 115-113, reflejando una contienda dominada por la velocidad y precisión de Crawford.

El peleador de Omaha controló el ritmo desde el primer asalto, conectando los golpes más sólidos y anulando la estrategia del mexicano. “No estoy aquí por coincidencia, Dios me trajo hasta aquí. Canelo es un gran campeón y muy competitivo”, declaró un emocionado Crawford, quien dejó abierta la posibilidad de que esta pudiera ser su última pelea, agradeciendo a sus seguidores y detractores por igual.

Por su parte, Canelo Álvarez, ahora con récord de 63-3-2 y 39 nocauts, reconoció la superioridad de su rival, pero dejó claro que la derrota no lo define. “Una derrota no me define. Vine a la vida a tomar riesgos y a ponerme a prueba. Aquí seguiré”, afirmó el tapatío, quien destacó que compartir el ring con Crawford fue especial y no descartó una revancha. La noche en el T-Mobile Arena quedará marcada como el momento en que Terence Crawford confirmó su grandeza y reafirmó su nombre como uno de los mejores pugilistas de todos los tiempos.