Crisis en la NBA: estrellas lesionadas ponen en jaque a la liga
La NBA enfrenta una crisis sin precedentes: casi la mitad de sus estrellas están lesionadas, afectando el nivel competitivo, la asistencia a los partidos y el espectáculo que los aficionados esperan. En pleno inicio de una de las temporadas más emocionantes de los últimos años, 20 de los 45 jugadores que han sido All-Star o seleccionados a equipos All-NBA en las últimas tres campañas están fuera de acción, algunos por lesiones menores y otros por ausencias prolongadas. La incertidumbre sobre quién estará disponible cada noche se ha convertido en una realidad constante para la liga.
El panorama se agrava porque no solo las figuras consolidadas están afectadas. Novatos prometedores como VJ Edgecombe y Dylan Harper tampoco están disponibles, mientras que jugadores considerados estrellas aunque no cumplan criterios oficiales, como LaMelo Ball, Jordan Poole y RJ Barrett, también se encuentran fuera. La pregunta inevitable es si la liga puede hacer algo para frenar una tendencia que parece empeorar cada año.
Los expertos coinciden en que la evolución del juego es directamente responsable de este aumento de lesiones. El estilo moderno exige más velocidad, mayor carga física y un esfuerzo constante para adaptarse a un ritmo ofensivo cada vez más elevado. La revolución del tiro de tres, impulsada por equipos como Golden State y Houston, obligó a los jugadores a modificar su preparación física, lo que incrementó el riesgo de lesiones musculares y de tendones. Incluso en playoffs recientes, estrellas como Jayson Tatum, Damian Lillard y Tyrese Haliburton sufrieron rupturas del tendón de Aquiles, una lesión especialmente devastadora.
El problema ya no distingue etapa del calendario. Para iniciar esta campaña, nombres como Victor Wembanyama, Ja Morant y Giannis Antetokounmpo aparecieron en reportes médicos. Veteranos del calibre de Stephen Curry, Kawhi Leonard y LeBron James también han perdido partidos, aunque hoy se encuentran activos. Como explicó Steve Kerr, el ritmo del baloncesto moderno provoca que los jugadores “corran más y más lejos que nunca”, con datos que respaldan este desgaste acelerado.
La crisis se refleja incluso en la lista oficial de lesionados, donde figuran Giannis Antetokounmpo, Joel Embiid, Anthony Davis, Trae Young, Bam Adebayo, Paolo Banchero, Damantas Sabonis, Kyrie Irving, Kevin Durant, entre otros. El impacto es inmediato: temporada regular debilitada, NBA Cup condicionada y un Juego de Estrellas en riesgo de perder brillo.
La situación también reabre el debate sobre el controvertido load management, una práctica que buscaba prevenir lesiones mediante descansos programados. Sin embargo, estudios y estadísticas demuestran que esta estrategia no ha reducido el número de jugadores lesionados. Aun así, muchos equipos la mantienen pese a los intentos de la liga por limitarla.
En distintos círculos de la NBA han surgido propuestas más radicales: aumentar el tamaño de los rosters o reducir el calendario de 82 a 72 partidos. Ambas opciones implican costos y resistencias importantes, por lo que no han prosperado. A corto plazo, la solución podría estar en mejores protocolos de recuperación o nuevas tecnologías médicas, aunque algunos especialistas creen que, mientras el ritmo de juego siga aumentando, las lesiones continuarán siendo parte inevitable del panorama.
La NBA encara un desafío que no solo afecta a sus jugadores, sino al espectáculo global que la define. Con tantas estrellas lesionadas, el futuro inmediato de la liga exige decisiones profundas y urgentes para preservar la salud de quienes le dan vida a la duela.
