En junio de 2023, Luis Castro recibió una inesperada llamada desde Arabia Saudita: del otro lado estaba Cristiano Ronaldo. “Te quiero en Al Nassr”, le dijo el astro portugués, quien convenció al técnico portugués a dejar el Botafogo y sumarse al proyecto saudí con una oferta millonaria. Desde entonces, Ronaldo no solo ha sido la gran figura del club, sino también el artífice de decisiones estratégicas que transformaron la estructura deportiva y administrativa del equipo.

Cristiano Ronaldo no se limitó a brillar en la cancha. Tras su salida del Manchester United y de la sociedad con Jorge Mendes, CR7 se asoció con Ricardo Regufe, su mano derecha durante dos décadas, quien negoció su traspaso a Al Nassr y comenzó a actuar como director deportivo extraoficial. Regufe gestionó fichajes clave como los de Aymeric Laporte y Otávio, aunque las elevadas inversiones provocaron tensiones internas que terminaron con su salida en 2025. Posteriormente, Simão Coutinho asumió la dirección deportiva, mientras José Semedo, amigo de Ronaldo desde el Sporting Clube de Portugal, fue nombrado director general.

Con esta estructura consolidada, Ronaldo ha tenido voz directa en los fichajes y el cuerpo técnico. Eligió al entrenador Jorge Jesus tras el despido de Stefano Pioli y Luís Castro, y dirigió la llegada de João Félix, asegurando que el equipo tuviera el talento necesario para competir por la Liga Saudí y la Liga de Campeones Asiática. Incluso facilitó el traslado del delantero con su propio avión, demostrando su influencia total en las operaciones del club.

El legado de CR7 en Al Nassr no se limita al presente. Su hijo, Cristiano Ronaldo Jr., de 15 años, ya destaca en la selección sub-17 del equipo, marcando goles y acercándose a la primera plantilla. Con un contrato renovado hasta 2027 y aproximadamente un 5% de las acciones del club, Cristiano Ronaldo ha consolidado un imperio en Arabia Saudita que combina poder deportivo, decisiones estratégicas y un futuro familiar ligado al club, con la mirada puesta en el Mundial de 2026 y en compartir el campo con su propio hijo.