Cruz Azul: Entre el espejismo del triunfo y el abismo de la inestabilidad
Caos, polémica y decisiones apresuradas han sido protagonistas en el primer semestre del 2025 para Cruz Azul, una institución que, pese a sus logros deportivos, sigue atrapada en la inestabilidad estructural que históricamente la ha marcado.
La temporada comenzó con ilusión gracias al proyecto liderado por Martín Anselmi, pero esa esperanza se esfumó en enero cuando el técnico argentino abandonó abruptamente el club para dirigir al Porto, sin respetar la cláusula de rescisión. La directiva celeste, molesta por la falta de formalidad en la salida, emprendió acciones legales y presentó una demanda de cinco millones de dólares ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).
Ante la crisis, Vicente Sánchez asumió el cargo de manera interina. Lo que inició como una solución temporal terminó convirtiéndose en un salvavidas deportivo: el técnico uruguayo acumuló una racha de 19 partidos sin derrota, revitalizando al equipo tanto en Liga MX como en la Concacaf Champions Cup. Los resultados impulsaron a la dirigencia a ratificarlo hasta el final del torneo Clausura, a pesar de que su contrato seguía siendo el de un entrenador de categoría Sub-23.
Sin embargo, el espejismo se desvaneció nuevamente. Cruz Azul fue eliminado dos veces por el América, tanto en semifinales de la Concacaf como de la Liga MX, lo que desató nuevas críticas. Un error del portero Kevin Mier y la actitud pasiva del equipo encendieron la mecha entre los aficionados y medios, terminando con la racha positiva y sembrando dudas sobre la solidez del proyecto.
La tensión escaló el 20 de mayo, cuando se reveló que Sánchez condicionó su presencia en la final de Concacaf contra Vancouver Whitecaps a la renovación de su contrato y el pago inmediato de bonos adeudados al cuerpo técnico, especialmente a su preparador físico Rubens Valenzuela, cuyo vínculo expira el 31 de mayo.
Aunque la directiva ya tenía previsto analizar su continuidad tras la final, la amenaza del técnico añade incertidumbre en un momento clave. El uruguayo exige claridad sobre su futuro, mientras el club aún no define un rumbo claro.
Entre litigios, renuncias y amenazas, Cruz Azul vuelve a quedar atrapado en su viejo patrón de inestabilidad, donde los logros deportivos parecen siempre estar en riesgo de naufragar por errores institucionales. Lo que pudo ser un semestre de gloria, se convirtió en otro capítulo más de un drama interminable.
