Ousmane Dembélé se coronó con el Balón de Oro 2025, marcando un hito en la historia del fútbol al superar a la joven promesa Lamine Yamal. El jugador del París Saint-Germain llevó a su equipo a un triplete histórico, destacando en una votación que premió la creatividad, la anarquía ofensiva y el talento surgido de los parques y calles, lejos de los sistemas rígidos que dominan el fútbol moderno.

Dembélé y Yamal representan a los llamados “vaqueros del fútbol”, jugadores cuya destreza física y mental engaña a defensas y emociona a los aficionados. Mientras el francés de 28 años consolidó su carrera superando lesiones y escepticismo, el español de 18 años despunta por su precocidad y capacidad para liderar tanto en club como en selección. El bronce del podio fue para Vitinha, cuya destacada temporada con el PSG y Portugal quedó eclipsada por la brillantez de estos dos talentos.

El reconocimiento a Dembélé y Yamal revive el espíritu de los primeros Balones de Oro de 1956, donde la imaginación, el riesgo y la espontaneidad eran premiados sobre la estricta planificación táctica. Ambos jugadores, formados en la escuela de Xavi Hernández, combinan habilidad, creatividad y audacia, recordando que el fútbol sigue siendo un juego donde la emoción, la sorpresa y el talento individual son irremplazables.

En París, la historia se reafirma: Dembélé primero, Yamal segundo, Vitinha tercero, y el mensaje es claro: el fútbol sigue siendo para los atrevidos, los que desafían al rival y generan magia en cada movimiento.