En casi seis meses al frente de Pumas, Efraín Juárez no ha logrado revertir la racha negativa del equipo, que sigue acumulando tropiezos y mantiene el título como una meta inalcanzable. Desde su llegada, el conjunto felino apenas logró acceder al Play In del torneo pasado, para quedar eliminado de inmediato ante Rayados, y quedó a segundos de avanzar en la Concachampions frente al Vancouver. Más recientemente, en la Leagues Cup, Pumas no logró clasificar a los Cuartos de Final pese a enfrentar a un Inter Miami sin Messi.

En la presente campaña, el Club Universidad suma solo cuatro puntos de 12 posibles, producto de una victoria frente a Querétaro y un empate en casa contra Necaxa, además de derrotas ante Santos y Pachuca. Pese a este panorama, Juárez mantiene confianza en su equipo, argumentando que domina los partidos aunque carece de contundencia ofensiva.

El entrenador regresó a México tras un paso exitoso por Colombia con el Atlético Nacional, donde conquistó Liga y Copa en apenas cinco meses, lo que le otorgó la etiqueta de “salvador” de Pumas. Sin embargo, su gestión ha generado cuestionamientos, desde la contratación de veteranos como Aaron Ramsey y Keylor Navas hasta la posible incorporación de José Juan Macías, cuya carrera estuvo marcada por lesiones.

Más allá de su estilo directo y coloquial, Juárez enfrenta un reto mayúsculo: devolver la mística, la identidad y la competitividad a unos Pumas que llevan años en el descuido. La realidad de los resultados será la prueba definitiva de que sus discursos y pretextos se traduzcan en triunfos.