El declive del Manchester City: el fin de una era
El Manchester City se enfrenta a un momento crítico. Tras la derrota 2-0 ante Liverpool, se visibiliza un proceso de decadencia que recuerda a las caídas de los grandes imperios del fútbol. La caída del City, al igual que en su momento ocurrió con el Manchester United y el Liverpool, es el resultado de una combinación fatal: la vejez de jugadores clave y las malas decisiones en el mercado de fichajes.
El equipo de Pep Guardiola, que en los últimos años dominó la Premier League y Europa, parece haber perdido su esencia. La derrota ante Liverpool en Anfield, la sexta en siete partidos, es un claro reflejo de la falta de consistencia que se está apoderando del club. Jugadores como İlkay Gündoğan, Nathan Aké y Kyle Walker, que fueron fundamentales en los recientes éxitos del equipo, están mostrando signos de envejecimiento y fatiga. Mientras tanto, las incorporaciones como Matheus Nunes, por 50 millones de libras, no han dado los frutos esperados.
Este declive es más pronunciado debido a las decisiones erróneas tomadas por el club en los últimos tiempos. La contratación de Gündoğan, quien regresó al club tras su paso por el Barcelona, refleja la falta de visión a largo plazo del City, al apostar por un jugador que ya se acerca a los 34 años y no puede mantener el ritmo de su antiguo nivel. Además, la lesión de Rodri y las ausencias de jugadores clave como De Bruyne y Walker están dejando al equipo vulnerable.
El City también ha cometido errores al deshacerse de jóvenes promesas como Cole Palmer, Julián Álvarez y Liam Delap, quienes podrían haber ayudado en una transición más fluida. La salida de figuras como Raheem Sterling, Gabriel Jesus y Riyad Mahrez ha dejado un vacío difícil de llenar. Sin estos jugadores, el equipo ha perdido esa chispa que lo hizo temido en Europa.
Mientras equipos como Bournemouth, Brighton y Tottenham han aprovechado las grietas del City, el Liverpool parece revitalizado, con un estilo de juego que refleja hambre y energía. A pesar de que el City aún tiene calidad para ganar títulos, el proceso de declive es innegable y ha comenzado. El futuro de este equipo, tan dominante en los últimos años, es incierto, y los errores del pasado podrían hacer más difícil una posible recuperación.