El 26 de enero de 2025 se cumplen cinco años desde el trágico accidente que cobró la vida de Kobe Bryant, su hija Gianna y otras siete personas. A pesar de la tragedia, su legado permanece más vivo que nunca, consolidándose como un referente para generaciones actuales y futuras.

La influencia de Kobe es evidente en diversas partes del mundo, especialmente en California, donde murales con su imagen y la de su hija adornan barrios enteros, recordando su impacto no solo en el baloncesto, sino también en la cultura deportiva global. Estos tributos, lejos de ser efímeros, siguen expandiéndose, reflejando el cariño y la admiración que despertó su figura.

Uno de los legados más significativos de Bryant es el número que dejó en la NBA. Los dos números retirados en honor a su carrera, el 8 y el 24, son ahora símbolos de inspiración para nuevos atletas. Desde su muerte, muchos jugadores de la liga, como Joel Embiid, han adoptado estos números temporalmente, haciendo del 8 y 24 un tributo vivo a su memoria. Equipos como Atlanta Hawks, Los Angeles Clippers y Miami Heat ahora cuentan con jugadores que portan estos números, consolidando el número 24 como uno de los más emblemáticos en el deporte.

Además de su legado numérico, el impacto de Bryant se extiende a la inspiración generacional. El nombre “Kobe”, que inicialmente era raro en los EE. UU., ha visto un resurgimiento significativo, con miles de padres eligiendo este nombre para sus hijos como una forma de rendir homenaje a su ídolo. En la actualidad, jóvenes atletas como Kobe Bufkin (Atlanta Hawks) y Kobe Brown (LA Clippers) son ejemplos de cómo el nombre de Bryant sigue siendo un faro de ambición y éxito.

El legado de Bryant no solo se limita al baloncesto. Su amor por el fútbol lo llevó a crear lazos con figuras como Thierry Henry y Zlatan Ibrahimović, y su pasión por el AC Milan lo convirtió en un seguidor fiel del club. Tras su muerte, figuras del fútbol mundial, como Antoine Griezmann, también le rindieron tributo, consolidando a Bryant como un verdadero embajador global del deporte.

Por último, el impacto de Bryant se refleja en su fundación Mamba FC, un equipo de fútbol juvenil creado por él mismo que sigue funcionando bajo la dirección de su viuda, Vanessa. Este equipo no solo es un testimonio de su amor por el deporte, sino también un medio para inspirar a las futuras generaciones a ser líderes y pensadores independientes, manteniendo vivo el espíritu competitivo que definió a Bryant en vida.

Cinco años después, el legado de Kobe sigue presente, no solo en el baloncesto, sino en todo el mundo del deporte. Su influencia, ya sea a través de su número, su nombre o su amor por la competencia, continúa tocando vidas y dejando una huella imborrable en las futuras generaciones.