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El penal que cambió todo: América resucita tras el error de Mier

En una noche que parecía escrita para Cruz Azul, un error monumental del arquero colombiano Kevin Mier terminó cambiando por completo el destino de la semifinal ante el Club América. Lo que hasta el minuto 60 era un partido controlado por La Máquina, con dos goles de ventaja en el global, se transformó en una pesadilla que los dejó fuera de la lucha por el título.

El duelo, cargado de tensión y dramatismo, expuso las fortalezas del conjunto americanista y los puntos débiles de un Cruz Azul que no supo cerrar el partido. En el corazón de esa debacle, Mier fue protagonista involuntario: en una jugada sin mayor peligro, el arquero no logró controlar un centro sencillo y terminó cometiendo un penal infantil tras ser despojado del balón por Illian Hernández. Esa acción encendió a la afición local y marcó el inicio de la remontada.

El América, obligado a ganar, recuperó su poder ofensivo con el regreso de su dupla estelar: Henry Martín y Alejandro Zendejas, este último reintegrado al once titular tras superar una infección estomacal. Su presencia fue determinante para mantener la presión sobre una defensa cruzazulina que lucía cada vez más desorganizada.

Del otro lado, Cruz Azul llegó mermado. Ya era sabido que Ignacio Rivero no estaría disponible tras su expulsión en la ida, pero a último momento también se sumó la ausencia de Carlos Rotondi, afectado por molestias en la rodilla. Pese a los intentos de adaptarse, el equipo dirigido por Martín Anselmi perdió presencia y liderazgo en el medio campo.

En la tribuna, la pasión también jugó su parte. El estadio Ciudad de los Deportes, teñido de amarillo, fue una caldera que empujó al equipo de André Jardine, quien, aunque ausente en la banca, dirigió con intensidad desde un palco en constante comunicación con su cuerpo técnico. La conexión entre palco y cancha fue evidente: Paulo Víctor, su asistente, no dejó de moverse ni un segundo, replicando el temperamento de su jefe.

América, que parecía contra las cuerdas, resucitó con carácter y precisión, mientras que Cruz Azul revivió viejos fantasmas. Otra “cruzazuleada” que duele y que, más allá del resultado, vuelve a señalar la fragilidad emocional del equipo en los momentos clave.