En una triste noticia para el mundo del fútbol, Andreas Brehme, la leyenda alemana cuyo penalti decisivo en el Mundial de 1990 llevó a su país a la gloria, ha fallecido a los 63 años. Brehme, quien jugó en el Real Zaragoza durante la temporada 1992/93, murió debido a un paro cardíaco tras ser ingresado de urgencia en la clínica Ziemssenstrasse de Múnich, según medios que lo confirmaron con su pareja, Susanne Schaefer.

El deceso del exjugador, que también formó parte de equipos como el HSV Barmbek-Uhlenhorst, FC Saarbrücken, Kaiserslautern, Bayern Munich, e Inter de Milán, ha consternado al fútbol alemán y a la comunidad deportiva internacional.

Brehme, conocido por su habilidad para jugar igualmente bien con ambas piernas, comenzó su carrera en el Barmbek Uhlenhorst de su Hamburgo natal, antes de pasar por el Kaiserslautern y posteriormente unirse al Bayern Munich en 1986. Su carrera dio un salto internacional cuando se unió al Inter de Milán en 1988, donde, junto a sus compatriotas Klinsmann y Matthaus, consiguió tres títulos: un Scudetto, una Supercopa de Italia y una Copa de la UEFA.

Tras su paso por Italia, Brehme jugó una temporada en el Zaragoza, donde participó en 31 partidos y anotó 4 goles, antes de regresar al Kaiserslautern, el equipo de sus amores, desde 1993 hasta su retirada en 1998. Durante su ilustre carrera, Brehme se alzó con dos Bundesligas, una con el Bayern en 1987 y otra con el Kaiserslautern en 1998.

El fútbol alemán y los aficionados de todo el mundo lamentan la pérdida de una de sus figuras más emblemáticas y recordarán siempre a Andreas Brehme no solo por su talento en el campo, sino también por el legado que deja tras su partida.

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