Gilberto Mora se convirtió en la gran revelación del debut de la Selección Mexicana Sub-20 en la Copa del Mundo, demostrando una habilidad y personalidad excepcionales desde sus primeros minutos. Ante Brasil, uno de los favoritos al título, Mora lideró a México para rescatar un empate 2-2, dejando clara su influencia en el campo con precisión en pases y capacidad de decisión.

El talento de Mora fue detectado desde temprana edad por entrenadores que disfrutaron su calidad y carácter, y fue Sebastián “El Loco” Abreu quien, al dirigir su primer partido con Xolos, reconoció de inmediato el potencial del joven futbolista: “A partir de hoy los libros los voy a empezar a mirar de reojo, porque va a ser Gilberto y 10 más”, afirmó el técnico tras el encuentro.

En el partido, Mora se destacó colaborando en los dos goles del equipo. Alexei Domínguez, considerado sucesor de Hirving “Chucky” Lozano y jugador del Pachuca, aprovechó la precisión de Mora para abrir el marcador y presionar a Brasil durante todo el juego, siendo nombrado el jugador más valioso del encuentro.

Diego Ochoa, defensa central de Chivas, también se convirtió en un aliado clave de Mora, especialmente en los tiros de esquina que llevaron al empate. Con cabezazos oportunos y juego coordinado, Ochoa mostró seguridad en la defensa y contribuyó directamente a la anotación decisiva. José Pachuca, con amplia experiencia en la Primera División, equilibró la defensa y se mantuvo sólido hasta su cambio en el segundo tiempo, momento en que México sintió la diferencia en la contención frente al ataque brasileño.

Se espera que a lo largo de la Copa del Mundo Sub-20, Mora cuente con el respaldo de jóvenes promesas como Obed Vargas, de Seattle Sounders, Elías Montiel, estrella juvenil de la Liga MX, y César Garza, del Dundee escocés, quienes podrían consolidar aún más el rendimiento del seleccionado mexicano.