Gilberto Mora: el niño prodigio que iluminó los entretiempos de Jaguares de Chiapas
En la memoria de la afición de los Jaguares de Chiapas permanecen no solo los nombres de Salvador Cabañas y Jackson Martínez, sino también los primeros regates y goles de Gilberto Mora. Con apenas cinco años, el joven mediocampista deslumbraba al público durante los partidos de la academia del club en los entretiempos del primer equipo, ganándose el apodo de “Bombero” por su habilidad para cambiar el rumbo del juego.
Gilberto Mora nació el 14 de octubre de 2008 en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, mientras su padre, también llamado Gilberto Mora, jugaba para los Jaguares de Chiapas. Tras retirarse como jugador y ascender a la Primera División con Tijuana, el padre de Mora inició su carrera como entrenador, dirigiendo la academia de Jaguares desde 2013. Desde los cuatro años, Gilberto comenzó sus pruebas en la categoría Sub-5, donde rápidamente destacó entre jugadores mayores gracias a su técnica, rapidez y capacidad de decisión en el campo.
Gerardo Márquez, su primer entrenador, recuerda cómo el pequeño “Gilito” sobresalía incluso frente a rivales más grandes, convirtiéndose en la figura que animaba los partidos y generaba ovaciones del público. Ramsés Orantes, quien lo dirigió posteriormente, también rememora que Mora salvó al equipo en finales importantes, demostrando determinación y talento, incluso anotando goles decisivos en tandas de penales.
Durante su etapa en la academia, Gilberto Mora recibió altas calificaciones en reportes de desempeño, destacando su manejo del balón con ambos perfiles y su inteligencia táctica. Tras dos años en Chiapas, la familia Mora se trasladó a Tijuana por motivos laborales, dejando atrás a entrenadores y compañeros que aún recuerdan al joven prodigio no solo por su talento, sino por su humildad y disciplina.
Gerardo Márquez y Ramsés Orantes coinciden en resaltar la formación humana de Gilberto, además de su capacidad futbolística. Ambos le envían felicitaciones y los mejores deseos en su cumpleaños, destacando su humildad, compromiso y pasión por el deporte que lo ha convertido en una promesa del futbol mexicano.