Los graves disturbios ocurridos en el estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini entre hinchas de Independiente y Universidad de Chile provocaron la cancelación definitiva del partido de vuelta por los octavos de final de la CONMEBOL Sudamericana 2025. La medida fue anunciada por la Conmebol, que deberá resolver tanto el aspecto deportivo como disciplinario del caso, dejando en suspenso el destino de ambos clubes en el torneo.

El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, repudió enérgicamente lo sucedido y pidió castigos firmes: “Esperamos que las autoridades competentes impongan sanciones ejemplificadoras contra los autores de estos terribles actos”. La declaración se sumó al rechazo generalizado del mundo del fútbol, que lamentó la violencia que empañó la competencia internacional.

La Conmebol explicó que el partido fue cancelado y no suspendido, lo que significa que no será reprogramado. El organismo llevará a cabo una investigación para determinar la responsabilidad de ambos equipos y no se descarta que incluso puedan ser eliminados de la Copa Sudamericana. Según el reglamento disciplinario, las sanciones van desde advertencias y multas que alcanzan los 400 mil dólares, hasta la descalificación, la pérdida de puntos o la obligación de jugar en otro país.

El artículo 19 del reglamento establece que, si se demuestra la responsabilidad de un club, puede ser declarado perdedor automáticamente por 3-0, a menos que el resultado en cancha haya sido aún más desfavorable. La resolución final de Conmebol será clave no solo para definir el futuro de Independiente y la U de Chile en el certamen, sino también para sentar un precedente frente a la violencia en el fútbol sudamericano.