El cierre de la fase regular del Clausura 2025 dejó más que goles: provocó una tormenta emocional y médica para dos de las grandes figuras de la Liga MX. James Rodríguez, ídolo de León, y Sergio Ramos, referente de Rayados, no pudieron terminar el partido que enfrentó a sus equipos y dejaron en el aire su participación en las instancias decisivas del torneo.

En el caso de James, la frustración lo dominó. Al minuto 75, tras un supuesto contacto no sancionado, el colombiano reclamó de forma airada al árbitro Adonai Escobedo, quien lo amonestó. Sin embargo, James persistió en los gritos y recibió una segunda amarilla inmediata, lo que significó su expulsión directa. Fue su primera roja en el fútbol mexicano. Lejos de calmarse, el mediocampista continuó con los gritos, y sus compañeros, e incluso rivales, tuvieron que intervenir para contenerlo.

La reacción del público fue dividida: mientras una parte del estadio lo aplaudió, otro sector lo abucheó. Lo cierto es que su ausencia está confirmada para el partido de ida de los cuartos de final, un golpe sensible para un León que depende de su creatividad en ofensiva.

Por el lado de Rayados, la alarma sonó cuando Sergio Ramos pidió asistencia médica cerca del final del encuentro. El defensor español fue retirado en carrito de emergencias con señales de molestia física, aunque sin gestos de dolor extremo. Por ahora, su presencia en el Play In ante Pachuca es una incógnita, a la espera de estudios médicos que determinen la gravedad de su lesión.

Ambos equipos llegan a la etapa más intensa del torneo con preocupaciones clave. León tendrá que ajustar sin su cerebro ofensivo, y Rayados podría enfrentar la repesca sin su líder en defensa. En un torneo tan parejo, estas bajas podrían ser decisivas.