La Semana 14 de la NFL dejó una serie de jugadas decisivas que cambiaron por completo el rumbo de varios encuentros. En Lambeau Field, los Green Bay Packers aseguraron un triunfo 28-21 sobre los Chicago Bears gracias a una brillante intercepción de Keisean Nixon, quien anticipó un pase de Caleb Williams a la zona de anotación en los segundos finales. Con esa acción, Green Bay selló su récord de 9-3-1, mientras Jordan Love solo necesitó arrodillarse para consumir el reloj.

Otra jugada que sorprendió a los aficionados ocurrió en el duelo entre Cleveland Browns y Tennessee Titans. Tras un avance de 80 yardas y un touchdown que dejó el marcador 31-29, Cleveland buscó una conversión de dos puntos, pero la decisión fue polémica. Kevin Stefanski ordenó una formación Wildcat, donde Quinshon Judkins lanzó un pase improvisado que terminó fallando, dejando escapar la posibilidad del empate y confirmando la victoria de Tennessee.

La tensión también se vivió en el enfrentamiento entre Baltimore Ravens y Pittsburgh Steelers. Un pase de Lamar Jackson a Isaiah Likely parecía otorgar la ventaja a Baltimore, pero tras la revisión, la acción se anuló por no completar el proceso de recepción. El marcador quedó 27-22 y, pese a recuperar el balón en los minutos finales, los Ravens no lograron remontar ante unos Steelers que sorprendieron por su solidez.

El cierre espectacular llegó en Buffalo, donde los Bills remontaron ante los Cincinnati Bengals impulsados por una jugada determinante: una intercepción de Christian Benford devuelta 63 yardas para touchdown. Con Cincinnati arriba 28-25 y avanzando para ampliar la diferencia, Joe Burrow entregó el balón que cambiaría la historia del duelo. Benford corrió hasta las diagonales y dio a Buffalo su primera ventaja del juego, encaminándolos a una victoria crucial.

La jornada dejó claro que, en la NFL, una sola jugada puede definir toda una semana de acción.