El portero Keylor Navas llegó a los Pumas como una de las contrataciones más destacadas en años, y de inmediato se convirtió en figura. Desde su debut en la Liga MX ante Querétaro, donde el equipo ganó 0-2, la “Keylormanía” se desató entre los aficionados universitarios. Sin embargo, el panorama cambió rápidamente: en los últimos dos partidos, el arquero tico ha recibido siete goles, reflejo de una defensa que lo ha dejado expuesto.

El momento más complicado de Navas llegó en el Clásico Capitalino frente al América, donde sufrió su peor goleada desde que llegó a México. A pesar de sus destacadas intervenciones, el guardameta quedó sin respaldo, especialmente después de la expulsión de su técnico, Efraín Juárez, que dejó al equipo sin dirección durante gran parte del encuentro en el Estadio Ciudad de los Deportes.

Navas ha demostrado su calidad en momentos clave, como ante Mazatlán, donde atajó un penal que cambió el rumbo del partido. No obstante, Efraín Juárez fue contundente: “No me gusta que mi portero sea figura; eso muestra que hay cosas que mejorar”. Aun así, el propio entrenador reconoció días después la grandeza del costarricense al afirmar: “No hay mucho qué decir, es Keylor Navas”.

La debilidad defensiva de Pumas se evidenció también ante Juárez y Tigres, donde el equipo recibió tres goles en cada encuentro. En el duelo frente al América, el marcador fue aún más doloroso: cuatro anotaciones en contra, consolidando la peor goleada del arquero en la Liga MX.

A pesar de los errores colectivos, Navas sigue siendo el pilar del conjunto universitario. Sus reflejos, liderazgo y experiencia mundialista lo mantienen como uno de los mejores porteros del torneo, aunque hoy su brillantez parece contrastar con las falencias de un equipo que lo ha dejado solo bajo los tres palos.