El reloj avanza para Mikel Arteta y el Arsenal, cuyo inicio de temporada en la Premier League 2025/26 representa un momento decisivo. El próximo domingo 17 de agosto, los Gunners abrirán el torneo en Old Trafford contra el Manchester United, con la presión de romper una sequía de títulos que ya supera dos décadas. Para Arteta, este es el “ahora o nunca” para dejar atrás los segundos lugares y finalmente coronarse campeón en Inglaterra.

Desde que ganó la FA Cup en su primera temporada (2019/20), Arteta ha reconstruido al Arsenal, devolviendo competitividad y respeto al club. Sin embargo, a pesar de tres subcampeonatos consecutivos en la Premier y una histórica semifinal de Champions League, la gloria sigue esquiva. La última temporada evidenció la frustración cuando el Liverpool se impuso sobre un Arsenal que no pudo aprovechar las dudas del Manchester City. La paciencia de los aficionados se agota y el técnico, ahora con un proyecto maduro y un plantel valuado en cientos de millones, debe concretar el objetivo.

Este verano, el Arsenal reforzó su plantilla con grandes inversiones que superan los 220 millones de dólares, incorporando a figuras como Viktor Gyökeres, Martín Zubimendi, Christian Nørgaard, Cristhian Mosquera, Noni Madueke y el arquero Kepa Arrizabalaga. Además, regresan jugadores cedidos que suman profundidad y competencia interna, buscando mayor variedad táctica y resistencia durante la temporada.

El calendario será exigente desde el inicio: en las primeras semanas enfrentarán a Liverpool y Manchester City, mientras que en noviembre y febrero tendrán los clásicos contra Tottenham. La fortaleza en casa, inspirada en los “Invencibles” de Arsène Wenger, será fundamental, pero la clave también estará en sumar puntos fuera, en estadios difíciles como Old Trafford, Anfield o Etihad.

Para Arteta, esta temporada no es un reto más, sino la última gran chance para coronar un ciclo y devolver al Arsenal a la cima del fútbol inglés. Con un plantel talentoso, respaldo económico y una afición fiel, el margen de error es mínimo. El camino comienza este domingo y el mensaje es claro: si el Arsenal quiere ser campeón, debe ser ahora o nunca.