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Lamine Yamal: La mentalidad de una leyenda en construcción

En un mundo del fútbol hambriento de nuevas estrellas, Lamine Yamal irrumpe no solo como un talento descomunal, sino como un joven con una mentalidad feroz, comparable a la de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. A sus 17 años, tras una actuación destacada pero sin título en la final de la Nations League ante Portugal, el delantero del FC Barcelona ha dejado claro que su carácter competitivo es lo que lo separa del resto de prodigios.

Si bien el resultado final fue adverso para España, con Portugal coronándose bicampeón del torneo, Yamal fue determinante en los dos goles españoles, generó oportunidades clave y evidenció una presencia arrolladora en el campo. A pesar de eso, sus detractores aprovecharon la derrota para desacreditarlo, cuestionando su actitud al abandonar rápidamente la ceremonia de premiación. Sin embargo, quienes conocen su perfil saben que esta aparente arrogancia es en realidad el rostro de una determinación implacable.

Graham Hunter, periodista con acceso privilegiado al entorno del jugador, ha sido testigo de su evolución en entrevistas y encuentros personales. Lo describe como un futbolista con “mentalidad callejera, dura y de alto octanaje”, cualidades que se reflejan en su reacción ante los fracasos: rabia transformada en motivación.

El paralelismo con Messi no es casual. A los 18 años, tras quedarse fuera de la final de Champions en 2006, el argentino se negó a celebrar el título con sus compañeros. Aquella frustración fue la chispa que encendió su carrera legendaria. Lo mismo ocurrió con Ronaldo, quien convirtió las burlas en su juventud en combustible para convertirse en un coloso del fútbol. Yamal parece cortar con la misma tijera: absorbe la crítica, canaliza la derrota y prepara su venganza deportiva.

En este verano de 2025, mientras sus competidores al Balón de Oro afrontan compromisos exigentes en el calor de Estados Unidos, Yamal descansará, recuperará energías y preparará el asalto a una temporada en la que tendrá como objetivo títulos colectivos y galardones individuales, incluida la Copa del Mundo.

Su madurez personal también evoluciona con rapidez. Él mismo reconoce, al comparar entrevistas pasadas, cuánto ha cambiado físicamente y mentalmente: ahora se muestra más confiado y consciente de su impacto. Ante las críticas de figuras como Rafael van der Vaart, no duda en responder con seguridad: “Mientras gane, no pueden decirme nada”.

El tiempo dirá si sus estadísticas y trofeos alcanzan algún día los de los dos gigantes del siglo XXI, pero su mentalidad competitiva y resiliente ya está en la misma órbita. El mundo lo observa. Y Yamal está listo para demostrar que no es solo una promesa: es una tormenta por venir.