Liverpool vivió una tarde histórica este domingo al coronarse campeón de la Premier League 2024-2025, sumando su vigésimo campeonato en la máxima categoría inglesa. Con este logro, los ‘Reds’ igualaron la marca de títulos ligueros que ostenta el Manchester United, tras imponerse de manera categórica 5-1 al Tottenham en un Anfield desbordado de júbilo.

El conjunto dirigido por Arne Slot, en su primera temporada al frente del equipo, ofreció una actuación vibrante y sólida, sellando su consagración con goles de Luis Díaz, Alexis Mac Allister, Cody Gakpo, Mohamed Salah, además de un autogol de Destiny Udogie. La única anotación de los visitantes fue obra de Dominik Solanke, exjugador de Liverpool, quien adelantó brevemente a los ‘Spurs’.

Con esta victoria, Liverpool alcanzó los 82 puntos, cifra inalcanzable para el Arsenal, su más cercano perseguidor, que suma 67 unidades a falta de cuatro jornadas para el cierre de la temporada. Arne Slot, visiblemente emocionado, atribuyó el éxito al legado dejado por Jürgen Klopp: “Este título es fruto del trabajo colectivo: jugadores, cuerpo técnico y la cultura que Klopp construyó aquí. Yo simplemente he continuado esa tradición”, expresó.

Anfield celebra como en las grandes épocas

La conquista tuvo un significado especial para la hinchada. Por primera vez desde 1990, Liverpool pudo celebrar un título de liga en Anfield acompañado de su gente, después de que en 2020, debido a la pandemia, el festejo se realizara sin público. Esta vez, el mítico estadio fue escenario de una auténtica fiesta: cánticos, bengalas, banderas ondeando y una marea roja invadieron las calles que rodean el recinto.

Desde la llegada del autobús del equipo, los aficionados crearon un ambiente ensordecedor que se trasladó al terreno de juego, impulsando a los futbolistas a brindar una de sus actuaciones más memorables de la campaña.

Superioridad total pese al susto inicial

Aunque el Tottenham, condicionado por múltiples ausencias y enfocado en su próxima semifinal europea ante Bodo/Glimt, sorprendió al adelantarse en el marcador, el dominio fue absoluto por parte de Liverpool. El equipo local se adueñó del balón, impuso el ritmo del partido y no dio margen de reacción a su rival, sellando una victoria que quedará en la memoria de sus seguidores.

Liverpool no solo levantó el trofeo, sino que reafirmó su estatus como uno de los clubes más grandes en la historia del fútbol inglés.