Los Kansas City Chiefs han pasado de ser el equipo admirado a convertirse en los nuevos “villanos” de la NFL. Si logran vencer a los Philadelphia Eagles en el Super Bowl LIX, estarán a un paso de una hazaña histórica: tres campeonatos consecutivos.

El éxito de los Chiefs ha generado críticas, algunas sin mucho sustento, como la idea de que “reciben ayuda de los oficiales”. Sin embargo, el comisionado Roger Goodell desestimó estas teorías, asegurando que “son ridículas”. Para muchos, el malestar proviene de un simple deseo de ver algo diferente.

El equipo ha aprendido a convivir con la animadversión. “Me encanta que nos consideren villanos”, declaró Travis Kelce. “Eso significa que el resto quiere lo que nosotros tenemos”. Patrick Mahomes, líder indiscutible de la franquicia, también reconoció el cambio de percepción. “Fue en Buffalo, cuando camino al estadio miles de fanáticos me mostraron el dedo”, recordó entre risas.

El entrenador Andy Reid ha utilizado esta narrativa para fortalecer al equipo. “Desde el inicio, sentimos un ambiente de ‘Nosotros contra el mundo’ en el vestuario”, explicó. Esa mentalidad ha impulsado a los Chiefs a mantener su nivel a pesar de la presión y las críticas constantes.

Las grandes dinastías suelen despertar rechazo y los Chiefs no son la excepción. Su racha de triunfos recuerda la era de los New England Patriots, otro equipo que dividió opiniones. Mahomes, consciente de esta realidad, lo admite sin problemas: “Yo era uno de esos fanáticos con los Patriots, así que entiendo la situación. Pero eso solo nos motiva a seguir ganando”.

Los Chiefs están a un partido de hacer historia, aunque para muchos, el simple hecho de que sigan dominando ya es suficiente razón para odiarlos. En la NFL, el precio del éxito es convertirse en el enemigo público número uno.