En un emotivo acto celebrado en la capital española, Lucas Vázquez se despidió oficialmente del Real Madrid, club con el que construyó una carrera ejemplar durante diez temporadas. El futbolista gallego, convertido en referente dentro y fuera del campo, deja la institución con 23 títulos en su palmarés, entre ellos cinco Champions League y un legado de 402 partidos disputados, donde destacó por su entrega y versatilidad.

Su transformación de extremo a lateral bajo la dirección de Zinedine Zidane reflejó su capacidad de adaptación y compromiso con el equipo. Entre los momentos más memorables de su carrera destaca el penalti decisivo en la final de San Siro frente al Atlético de Madrid, una acción que lo inmortalizó en la historia del club. Sus compañeros lo describen como el futbolista con la mejor actitud del vestuario, un verdadero líder silencioso que arropaba a los jóvenes de La Fábrica y mantenía siempre el espíritu madridista.

La despedida, celebrada con su familia, compañeros y figuras como Florentino Pérez, Mbappé, Marcelo y Lunin, fue un homenaje a su trayectoria. El presidente del club no escatimó elogios: “Has sido un ejemplo de compañerismo y respeto. Eres ya una de las grandes leyendas del club”. En su discurso, Pérez recordó que Lucas es el sexto jugador con más títulos en la historia del Real Madrid, destacando su rol crucial en el crecimiento de los canteranos y su impacto humano en la plantilla.

Entre lágrimas, Lucas Vázquez agradeció al club, su familia y directivos por haber cumplido su sueño. “Me voy, pero el Madrid nunca saldrá de mí”, expresó con profunda emoción. Aunque aún no ha confirmado su próximo destino, se barajan ofertas de Arabia Saudita, Catar e incluso clubes europeos, especialmente en Italia, como posible continuación de su carrera profesional. Su salida deja un hueco en el corazón del madridismo, pero también un ejemplo imborrable de humildad, trabajo y amor por la camiseta.