McLaren en el ojo de la polémica tras la orden a Piastri en Monza
La polémica volvió a teñir de naranja la Fórmula 1 en el Gran Premio de Italia. A solo cinco vueltas del final, Oscar Piastri recibió una orden directa por radio: debía ceder el segundo lugar a su compañero Lando Norris. El australiano acató la instrucción y el británico recortó tres puntos en la lucha por el campeonato, aunque la decisión dejó un sabor amargo entre los aficionados.
El origen del conflicto estuvo en un error durante el pit stop de Norris. Tras una parada tardía, el mecánico de la llanta delantera izquierda cometió dos fallos: primero no ajustó la tuerca correctamente y luego no reaccionó pese a las alertas de los sensores, lo que ocasionó una pérdida de cinco segundos. Cuando Norris regresó a pista, se encontró detrás de Piastri, lo que encendió las alarmas en el muro de McLaren.
La escudería justificó la orden señalando que su intención era restablecer las posiciones previas a la parada en boxes y evitar cualquier sospecha de favoritismo. Sin embargo, la decisión fue percibida como un intento artificial de “corregir” la carrera. Andrea Stella, director del equipo, defendió que se trató de una acción justa y coherente con los valores de McLaren, aunque Piastri admitió que era un tema que necesitaba discutirse más a fondo.
Por su parte, Norris reconoció que no era la forma en la que deseaba adelantar, pero sostuvo que se trataba de una medida previamente acordada entre pilotos y equipo para situaciones similares. Aun así, la reacción de la tribuna fue clara: cuando el británico subió al podio, los abucheos resonaron en Monza, reflejando el descontento de los aficionados que consideran que McLaren intervino de manera innecesaria en el espectáculo.
La consecuencia directa fue que la distancia en el campeonato se redujo a 31 puntos entre Piastri y Norris, aunque la duda quedó sembrada: ¿realmente McLaren actuó con justicia o terminó inclinando la balanza a favor de su piloto británico?
