México deja dudas en ataque y laterales tras empate con Japón
La Selección Mexicana enfrentó a Japón, ya clasificado al Mundial 2026, en un amistoso que terminó sin goles y que dejó lecciones importantes para el técnico Javier Aguirre. El partido sirvió para probar jugadores y despejar algunas incógnitas, aunque las laterales y la falta de contundencia ofensiva continúan como los puntos más débiles.
El regreso de Hirving Lozano fue una de las notas positivas. El Chucky disputó 30 minutos en su primera participación bajo el mando de Aguirre y aportó dinamismo en el ataque mexicano, generando peligro tras un inicio dominado por los asiáticos. Con 30 años, Lozano busca recuperar protagonismo en el equipo y la actuación ante Japón le abre una nueva oportunidad.
En la defensa, la dupla de Johan Vásquez y César Montes mostró solidez como centrales, pero las bandas siguen sin convencer. Jorge Sánchez cumplió en la derecha, mientras que Jesús Gallardo tuvo dificultades frente a los constantes desbordes nipones. La competencia interna se intensifica, con Rodrigo Huescas y Mateo Chávez esperando su oportunidad para consolidarse en futuras convocatorias.
El ataque fue la mayor preocupación: México apenas registró un disparo al arco en 90 minutos. La falta de conexión entre medio campo y delantera desesperó a Raúl Jiménez, mientras que el ingreso de Santiago Giménez y Germán Berterame dio un ligero respiro al ataque, aunque sin lograr el gol. Aguirre reconoció la falta de profundidad y autocrítica en la lectura del partido.
En contraste, la portería mexicana encontró tranquilidad. Luis Malagón respondió con seguridad y se perfila como titular tras la ausencia de Guillermo Ochoa, manteniendo el arco en cero contra un rival de peso. El guardameta del América suma confianza y se afianza como una pieza clave en el nuevo proceso rumbo a 2026.