El excampeón mundial Ricky Hatton, ícono del boxeo británico y uno de los peleadores más carismáticos de la década del 2000, falleció a los 46 años, según confirmó la Policía de Manchester. Las autoridades informaron que el cuerpo de un hombre de esa edad fue hallado en una vivienda en Hyde, Inglaterra, y que no existen indicios de circunstancias sospechosas. La identidad no se reveló oficialmente, pero la familia colabora para emitir un comunicado.

La Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y su exmánager Frank Warren lamentaron su muerte en redes sociales, recordándolo como un “verdadero campeón, un espíritu indomable y una leyenda del deporte”. El campeón Tyson Fury también expresó su dolor, calificándolo como “único” y compartiendo imágenes juntos. Hatton, apodado The Hitman, dejó una huella imborrable no solo por sus logros en el ring, sino también por su cercanía con los aficionados y su valentía al hablar de sus problemas de salud mental tras el retiro.

Durante su trayectoria, Hatton conquistó títulos en peso superligero y welter, enfrentándose a figuras como Kostya Tszyu, Floyd Mayweather Jr. y Manny Pacquiao. Su consagración llegó en 2005 al derrotar a Tszyu, una victoria que él mismo consideraba la más importante de su carrera. También se le recuerda por su memorable triunfo ante José Luis Castillo en 2007 y su debut en Estados Unidos frente a Luis Collazo. Tras un retiro marcado por la depresión y el alcoholismo, regresó al cuadrilátero en 2012 para una última pelea, ejemplo de su perseverancia.

Además de su carrera como boxeador, Hatton se destacó como entrenador, guiando a Zhanat Zhakiyanov hacia un título mundial en 2017. Incluso había anunciado un regreso al ring en diciembre de 2025 para enfrentar a Eisa Al Dah en Dubái, noticia que ahora queda como un recuerdo de su inquebrantable espíritu competitivo. Su legado permanece como el de un guerrero que conquistó títulos, corazones y el respeto eterno del mundo del boxeo.