La NFL enfrenta una de sus mayores controversias disciplinarias tras revelarse que al menos 100 jugadores de la liga están siendo sancionados por revender boletos para el Super Bowl LIX a precios superiores al valor nominal, violando una política establecida en el Convenio Colectivo de Trabajo. La investigación involucra a miembros de al menos 16 equipos y podría derivar en multas económicas y suspensiones para quienes no acepten la penalización impuesta por la liga.

De acuerdo con el memorando oficial de la NFL, firmado por Sabrina Perel, directora de cumplimiento de la liga, se determinó que varios jugadores y empleados vendieron sus boletos a terceros conocidos como “empaquetadores”, quienes luego trabajaron con revendedores para inflar los precios. Algunas de estas entradas alcanzaron más de 10,000 dólares, cuando su precio base rondaba entre 2,588 y 3,500 dólares.

La sanción consiste en una multa equivalente a 1.5 veces el valor nominal de la entrada, además de perder el derecho a recibir boletos para los próximos dos Super Bowls, a menos que el jugador participe en el evento, en cuyo caso solo podrá adquirir asientos. La liga advirtió que quienes rechacen esta sanción podrían ser suspendidos por decisión directa del comisionado Roger Goodell. Algunos jugadores ya han aceptado las multas para evitar consecuencias mayores, pero los nombres no han sido revelados por la liga ni por los clubes involucrados.

La política que prohíbe lucrar con boletos otorgados por el empleador ha estado vigente desde hace años, y ahora, ante este escándalo, se reforzará la capacitación obligatoria previa al Super Bowl LX, con el objetivo de prevenir futuros casos y recordar que nadie debe beneficiarse personalmente de su afiliación con la NFL a costa de los aficionados.