Luego de hacer historia al romper una hegemonía china de más de 20 años en el trampolín de tres metros, Osmar Olvera regresó a México con una petición directa para la presidenta Claudia Sheinbaum: asegurar la permanencia de su entrenadora Ma Jin. El campeón mundial fue recibido entre aplausos y la canción de “El Rey”, tras conquistar el oro en el Campeonato Mundial de Deportes Acuáticos celebrado en Singapur. Emocionado, compartió que cumplir ese sueño fue un objetivo de infancia, pero ahora su mirada está fija en Los Ángeles 2028, donde quiere volver a escuchar el Himno Nacional Mexicano al vencer nuevamente a los chinos.

En ese camino, Ma Jin representa una figura clave. La entrenadora china ha sido fundamental en el desarrollo de Olvera, quien ha logrado posicionarse como referencia mundial en los clavados. Sin embargo, su permanencia en México está en riesgo debido a ofertas de otros países. “Le pediré a la presidenta que le suban el sueldo para que no se vaya,” declaró el atleta, destacando que el cariño ha sido lo único que ha mantenido a la entrenadora en el país hasta ahora. La situación preocupa al clavadista, quien considera esencial que Ma Jin continúe hasta 2028.

Olvera reconoce el respaldo de Rommel Pacheco en su proceso, pero insiste en que Ma Jin necesita más apoyo. La entrenadora, por su parte, ha expresado que el vínculo emocional con México es lo que la mantiene, aunque ahora prioriza su salud y tranquilidad. “Soy grande y quiero trabajar en paz,” dijo. Con cuatro medallas obtenidas en Singapur, Osmar no solo demuestra su nivel, sino que también lanza un mensaje claro al gobierno: si quieren medallas olímpicas, deben cuidar a quienes las hacen posibles.