Miguel Piojo Herrera acelera los últimos ajustes de cara al enfrentamiento contra Nicaragua, consciente de que cada detalle en la Eliminatoria al Mundial puede ser decisivo. La Selección de Costa Rica, que suma tres puntos en tres partidos y ocupa la tercera posición del grupo C, se enfocó este fin de semana en perfeccionar las acciones a balón parado, un déficit en los últimos encuentros.

El estratega mexicano reconoció que el equipo llegó “tarde” a trabajar la táctica fija, por lo que se priorizó la búsqueda de un cobrador confiable que pueda convertir tiros libres y saques de esquina en oportunidades claras de gol. Herrera subrayó que no hay nada dejado al azar y que cada decisión se evalúa según el contexto del partido y la dinámica del rival.

Sobre cambios recientes, explicó la sustitución de Jeyland Mitchell y Manfred Ugalde ante Honduras: Mitchell fue reemplazado por su bajo rendimiento y la necesidad de ganar la pelota aérea, mientras que Ugalde salió tras recibir tarjeta amarilla, evitando una expulsión que habría comprometido al equipo.

El entrenador mantiene en observación a Celso Borges, quien podría aportar liderazgo y control en la zona media, y la decisión final sobre su participación se tomará horas antes del partido. Herrera dejó claro que su planteamiento ante Nicaragua será ofensivo desde el inicio, con el objetivo de buscar la victoria y la precisión ofensiva desde el primer minuto.

Con tres puntos en tres partidos, Costa Rica necesita la victoria para mantener sus aspiraciones mundialistas. Herrera apuesta por fortalecer el balón parado, la mentalidad del equipo y la contundencia, consciente de que en la eliminatoria, los goles pueden surgir de la estrategia y la convicción más que del juego abierto.