La Selección de Costa Rica entra en la fase decisiva rumbo al Mundial de 2026, y su técnico, Miguel “Piojo” Herrera, ha reafirmado su confianza en la experiencia y talento local. El estratega mexicano convocó a 11 jugadores de Alajuelense, apostando por la continuidad y la química de un grupo que conoce bien. Entre los llamados destaca el regreso de Joel Campbell, una de las figuras más representativas del fútbol costarricense, quien vuelve para liderar los últimos dos duelos eliminatorios.

Herrera busca cerrar con fuerza el proceso clasificatorio y confía en que la mezcla de juventud y experiencia le dé a la “Sele” el impulso final. La lista de 24 futbolistas incluye también nombres de Saprissa, Herediano, Cartaginés, Liberia, Guadalupe y San Carlos, mostrando un equilibrio en la convocatoria. Sin embargo, el protagonismo rojinegro es evidente: Celso Borges, Anthony Hernández, Alexis Gamboa, Alejandro Bran, Kenyel Michel y Guillermo Villalobos forman la columna vertebral del esquema del técnico.

El regreso de Campbell no fue casualidad; estaba previsto como parte del plan estratégico de Herrera para afrontar los dos últimos encuentros ante Haití y Honduras, el 13 y 18 de noviembre, respectivamente. Costa Rica, con seis puntos, depende de sí misma: necesita dos victorias para asegurar su clasificación a la Copa del Mundo de Estados Unidos, México y Canadá.

El equipo se concentrará en el Proyecto Gol con sesiones dobles de entrenamiento hasta el sábado, día en que se definirá la lista final. Posteriormente, viajarán a Curazao con una misión clara: ganar o quedarse fuera. Con cuatro fechas disputadas, Honduras lidera el Grupo C con 8 puntos, seguida por Costa Rica (6), Haití (5) y Nicaragua (1). Solo el líder obtiene pase directo, mientras los mejores segundos irán al repechaje intercontinental.

La “Sele” se prepara para una batalla decisiva con la mira puesta en repetir la historia y decir presente en otro Mundial, con un Campbell dispuesto a comandar la ofensiva y un Herrera determinado a cumplir su promesa: llevar a Costa Rica de vuelta al máximo escenario del fútbol mundial.