Steelers apuntan al 2026: reconstrucción obligada y mirada fija en el Draft
Pese a una trayectoria impecable sin temporadas perdedoras bajo el mando de Mike Tomlin, los Pittsburgh Steelers enfrentan una realidad inquietante: no cuentan con un quarterback franquicia y el panorama inmediato luce incierto. La llegada de Aaron Rodgers parece cada vez más lejana, y el equipo se prepara para afrontar la temporada 2025 con una combinación poco inspiradora: Mason Rudolph, Skylar Thompson y el novato Will Howard.
Las recientes salidas de figuras clave, como el receptor George Pickens a los Dallas Cowboys y los quarterbacks Justin Fields y Russell Wilson a equipos neoyorquinos, marcan una transición dolorosa pero estratégica. Todo indica que la organización ha comenzado a preparar el terreno para una reconstrucción profunda en 2026, con el objetivo de asegurar a su próximo gran mariscal de campo.
La clase de quarterbacks proyectada para el Draft 2026 ofrece una camada prometedora. Encabezando la lista está Arch Manning, el talentoso sobrino de Eli y Peyton, quien ha demostrado temple en la bolsa de protección con los Texas Longhorns. A él se suman nombres como Garrett Nussmeier (LSU), con más de 4,000 yardas y 29 touchdowns en 2024; LaNorris Sellers (South Carolina), Drew Allar (Penn State), con casi 6,000 yardas y 49 TDs en dos años, y Cade Klubnik (Clemson), quien ya supera las 7,000 yardas y 57 anotaciones en tres campañas colegiales.
Para acceder a uno de estos talentos, los Steelers necesitarán estar en los primeros picks del draft, lo cual usualmente implica una temporada desastrosa. Sin embargo, bajo la dirección de Tomlin, esto parece improbable. Más factible es que el equipo capitalice las selecciones compensatorias obtenidas en la agencia libre, lo que les permitiría escalar posiciones estratégicamente y asegurar al mariscal que tanto necesitan.
Aunque la campaña 2025 se vislumbra con altibajos y sin grandes aspiraciones, los fanáticos deben comprender que el verdadero objetivo está en el horizonte. Si bien las terribles toallas amarillas seguirán ondeando con orgullo, es momento de aceptar que el futuro se empieza a construir ahora, con la mente puesta en 2026, el año clave para redefinir la identidad de Pittsburgh.