Tigres dio el primer golpe al imponerse 1-0 sobre Toluca en la ida de la final del Apertura 2025, un resultado que los coloca cerca del campeonato pero que no asegura nada ante unos Diablos Rojos que suelen crecer en casa. El Nemesio Diez será el escenario donde ambos equipos definirán al nuevo monarca en un duelo marcado por la tensión, el orden táctico y la mínima posibilidad de error.

El conjunto escarlata llega respaldado por su poder ofensivo, su fortaleza como local y su etiqueta de mejor equipo del torneo regular, donde apenas perdió un partido e hizo valer un promedio de 2.5 goles por encuentro. Su figura, Paulinho, tricampeón de goleo, encabeza un ataque que podría reforzarse con el regreso de Alexis Vega si las circunstancias lo requieren.

Del otro lado, Tigres visita territorio hostil con una estructura sólida y números que explican por qué se mantiene en la pelea: no perdió como visitante en temporada regular, presume una ofensiva de 2.1 goles por partido y una defensa que concede menos de una anotación por juego. Además, Ángel Correa llega encendido, con aporte decisivo tanto en fase regular como en Liguilla.

Aunque ambos equipos presumen fortalezas claras, también cargan con debilidades que podrían ser determinantes. Toluca, pese a sus 43 goles, ha mostrado fisuras defensivas y solo suma siete porterías en cero, un riesgo elevado ante un rival que explota transiciones rápidas. Tigres, por su parte, ya mostró fragilidad en momentos clave —como la derrota 3-0 ante Tijuana en cuartos— y sufre cuando enfrenta presión alta sostenida.

El título está en juego y la final promete un cierre vibrante: dos equipos poderosos, una ventaja mínima y un estadio que suele dictar sentencia. El margen para fallar es prácticamente inexistente.