Lo que debía ser una jornada vibrante en la CONMEBOL Libertadores terminó en desastre. El duelo entre Colo Colo y Fortaleza, disputado en el Estadio Monumental de Santiago, fue interrumpido a los 68 minutos tras una invasión de hinchas al campo de juego, caída de objetos y descontrol generalizado que culminó en la muerte de dos personas en las afueras del recinto.

Con el marcador igualado sin goles y el partido desarrollándose con aparente normalidad, la tensión explotó cuando encapuchados ingresaron al césped. El árbitro Gustavo Tejera detuvo el compromiso al ver que los jugadores de Fortaleza se retiraban a camarines por seguridad, seguidos luego por el equipo chileno. Desde los parlantes del estadio se solicitó la evacuación inmediata del público.

Pero lo más grave se vivió fuera de la cancha. En la calle Benito Rebolledo, una avalancha humana provocó la caída de una reja metálica, dejando atrapados a varios asistentes. En medio del operativo, un carro lanzaaguas de Carabineros habría pasado sobre la estructura, provocando el atropello de una joven de 18 años, quien llegó sin vida al hospital. Una segunda víctima falleció posteriormente producto de heridas graves.

La hermana de la joven, Bárbara Pérez, desmintió rotundamente que la víctima intentara ingresar de manera ilegal. “Tenía su entrada y carnet en mano”, afirmó, responsabilizando directamente a la acción policial. Con dolor e indignación, la familia exige justicia y anunció que llegará hasta las últimas consecuencias para que el hecho no quede impune.

La Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) expresó su rechazo total a los actos de violencia, instando a una reforma urgente en seguridad y a legislar el Registro Nacional de Hinchas. “La violencia no puede ganarle al deporte”, señala el comunicado.

El fiscal Francisco Morales informó que se investigan todas las hipótesis sobre las muertes y que el conductor del carro policial está en calidad de imputado, aunque no ha sido detenido. Las pericias están en curso y se analizan las cámaras de seguridad para determinar responsabilidades.

Mientras CONMEBOL define el destino del partido, el fútbol sudamericano vuelve a quedar manchado por la violencia en los estadios, recordando que la pasión nunca puede estar por encima de la vida.